2 de Marzo, 2017.
Tigres nos dio una alegría más este Miércoles en CU. El paso a Semifinales de la CONCACAF Liga de Campeones no es cualquier cosa, es sinónimo de buen fútbol, de carácter, de personalidad, de huevos, de unión, de fuerza, de garra y de corazón.
De inicio, habría que recalcar que la ronda eliminatoria contra Pumas, era muy importante de salir adelante, más después del 1-1 de la ida en San Nicolás, importante para los que queremos ir a Emiratos Árabes, importante para la institución e importante para los jugadores. Por esta razón, significaba tanto el juego en la Ciudad de México.
La cabida que tuvo el regreso de Nahuel a la portería fue vital, pone lo que tiene que poner en el momento acertado, pauta, control, o rapidez en la salida y elaboración de juego, más su carácter para aparecer en atajadas difíciles de sacar. Los centrales dieron un destacado partido, Juninho mandaba a Pizarro meterse entre él y Ayala para poder atraer a Rabello y Cortés y lanzar a Damm o Damián/Quiñónez, brincando a Torres Nilo y Advíncula. Estos dos últimos no tuvieron mal desempeño, contuvieron lo que pudieron, al peruano le ganó frecuentemente Gallardo, principalmente cuando iba por dentro. A esto ayudó Quiñónez, quien interiorizaba para cerrar espacios para la subida de los ya mencionados Rabello y Cortés, que a su vez, ayudaba a la salida, presión y juego de Jesús Dueñas. El canterano de Tigres lo hizo muy bien, aparecía entre Gignac y Vargas, pero la tardía capacidad de decisión influyó también, aunque dio un gran partido, si hubiese decidido más rápido jugadas de gol, pudo haber sido más holgado el marcador fácilmente.
Pizarro evidenció que no requiere esa doble contención que todos ponen en función de Tigres, apretó, robó y corrió como es su costumbre, generó, interceptó y lideró al equipo.
Por fuera, Damm volvió a demostrar su capacidad y madurez que ha tenido con Tigres, el fútbol individualista se basa en estar y saber qué hacer cuando llega la bola, corrió como pocos, gambeteó como es su costumbre y su doblete tiene al equipo en semifinales. Lo de Quiñónez también fue muy bueno, su fútbol le viene muy bien a Tigres, el colombiano juega por dentro y por fuera y ayuda demasiado a la recuperación y a los latigazos con o sin balón, como el segundo gol.
Gignac y Vargas hacen más de lo que se ve a simple vista, la apertura de espacios, la generación de juego del chileno desde el medio campo y la limpieza que hace, la apertura de juego y las transiciones ofensivas de ambos son significativas para el equipo.
Lo malo sin duda son ambas lesiones, Damián lo sufrió temprano, y fue favorable ver a Meza en la cancha, aunque sin duda nadie quería que fuera una lesión la que marginara del encuentro al capitán Juninho. Zelarayán vuelve a mostrar también porqué es importante en el control del juego y de la bola.
Este sueño de ir al mundial no se quedará en Norteamérica, el equipo demostrará por qué importa ir hasta el otro lado del mundo, a esta histórica institución, a estos gloriosos jugadores, y a esta imponente hinchada de Tigres.
